Cartas y poder femenino entre Madrid y Florencia

AGENART
Pieza del mes: Abril 2022
Alejandra Franganillo Álvarez


Figura 1: Carta de Mariana de San José a la archiduquesa María Magdalena de Austria. Madrid, 16 de junio de 1631. Archivio di Stato di Firenze, Mediceo del Principato, Filza 5080, folios 172–173.

En la plaza de la Encarnación de Madrid, a escasos metros del Palacio Realy de la plaza de Ópera, se erige el Monasterio de la Encarnación [Figura 2], un convento de agustinas recoletas fundado en 1611 por voluntad de la reina Margarita de Austria (1584-1611) [Figura 3] como agradecimiento a Dios por la reciente expulsión de los moriscos del reino. Desafortunadamente, la reina no vería su inauguración en 1616, pues falleció el 3 de octubre de ese mismo año de 1611. La primera priora del monasterio fue Mariana Manzanedo y Maldonado (1568-1638), más conocida como Mariana de San José. El buen hacer de esta religiosa agustina como reformadora y fundadora de diversos conventos en Medina del Campo, Valladolid o Palencia había llegado a los oídos de la reina Margarita, quien le propuso que liderase el convento que pensaba fundar en Madrid. No olvidemos que la imagen de las reinas de la Monarquía católica estaba intrínsecamente vinculada a la devoción religiosa.

Al igual que las Descalzas Reales [Figura 4], excepcional foco del desarrollo de redes de influencia femenina durante el reinado de Felipe III como sabemos gracias al estudio de Magdalena Sánchez, el convento de la Encarnación funcionó como espacio privilegiado de encuentro social y de circulación de información política. Este hecho se pone de manifiesto en la asidua presencia de embajadores de las cortes de Viena, Saboya, Florencia o del nuncio papal, conscientes de la estrecha relación que la priora Mariana de San José mantuvo con los miembros de la familia real. Las visitas del monarca Felipe III y sus hijos el príncipe Felipe (futuro Felipe IV), la infanta María Ana y los infantes Carlos y Fernando eran muy asiduas, gracias a la proximidad del convento al Alcázar, al que estaba conectado a través de un pasadizo [Figura 5]. La priora recibía a la familia real en el Salón de Reyes, una estancia decorada con retratos de los Habsburgo españoles y de la familia Médici, gobernantes del Gran Ducado de Toscana, como ha desvelado en sus estudios Lisa Goldenberg Stoppato.


Figura 5. Fragmento del plano anónimo “Madrid planos de población 1622-1635”, editado por Johannes Janssonius, 1657. Madrid, Biblioteca Nacional de España, INVENT/68156.

La hermana de la reina Margarita de Austria, María Magdalena (1589-1631), Archiduquesa y Gran Duquesa de Toscana (1609-1621) y regente del mismo territorio (1621-1628) [Figura 6], había nacido en Graz, hija de Carlos II de Habsburgo archiduque de Austria y duque de Estiria, y de María de Baviera. En 1608 María Magdalena contrajo matrimonio con el futuro Gran Duque de Toscana Cosme II. Tras la muerte de Margarita de Austria, Mariana de San José inició una relación epistolar con la Archiduquesa María Magdalena, quien aprovechó para estrechar los lazos con sus sobrinos y su cuñado, Felipe III. Gracias a la correspondencia conservada en el Archivo de Florencia–de la que podemos ver aquí un ejemplo [Figura 1]–, sabemos que la religiosa hizo todo lo posible por favorecer los intereses políticos de los Habsburgo de Viena y de los Médici. La influencia política de María Magdalena se incrementó cuando se convirtió junto a su suegra, Cristina de Lorena (1565-1636), en regente del Gran Ducado tras la muerte de Cosme II en 1621, y la minoría de edad de su hijo Fernando, periodo que duró hasta 1628. En las misivas, la priora de la Encarnación informa de cómo nombraba asiduamente a la Archiduquesa ante la presencia de los miembros de la familia real, leyendo en voz alta sus cartas, y tratando de fomentar una relación epistolar entre Felipe III y sus hijos, especialmente la infanta María Ana:

[…] dijome [el embajador toscano] que el mayor serbiçio que podria haçer a Vuestra Alteza y al Gran Duque seria despertar en el Rey Nuestro Señor [Felipe III] y sus hijos la correspondencia, y en esto e hecho lo que dira y ultimamente para prendar a su Majestad le suplique que su Alteza de la serenisima infanta [María Ana de Austria] començase con alguna demonstracion pues se ofreçia la partida del envajador y que yo me encargaria de componer una caja de algunos olores. Su Majestad gusto mucho dello, y ansi me dio licencia para que lo hiciese y que fuesen en nombre de su Alteza que era lo que yo deseaba por servir mejor a Vuestra Alteza[1].

[1] Carta de Mariana de San José a María Magdalena, Madrid, 26 de septiembre de 1618, ASF, MdP, Filza 6083, s. fol.

A cambio de estos favores, la priora recibió numerosos regalos de la corte florentina, destacando entre ellos retratos de los miembros de la familia Médici que hoy pueden admirarse en una visita al monasterio, telas para el altar o pinturas religiosas para adornar el convento. También actuó como intermediaria en la entrega de los regalos que los Grandes Duques enviaban al rey, al príncipe de Asturias Felipe y su joven esposa la princesa francesa Isabel de Borbón [Figura 7], y a la infanta María Ana. Entre ellos, destacaron vestidos para la futura reina de España y la infanta; o juguetes para el príncipe heredero Baltasar Carlos, nacido en 1629 [Figura 8].

A pesar de sus intentos, Mariana de San José no conseguiría que la Archiduquesa enviase a una hermana o a una de sus hijas al monasterio para que ingresara como monja, en lo que era posiblemente un intento por equiparar el prestigio de la Encarnación al de las Descalzas Reales, donde profesaban varias mujeres pertenecientes a la dinastía Habsburgo, como fue el caso de Sor Margarita de la Cruz, hija de la Emperatriz María. La correspondencia entre Mariana y la Archiduquesa María Magdalena se extendió hasta la muerte de esta última, acaecida en 1631 durante el viaje que realizó a Viena para ver a sus hermanos el emperador Fernando y el archiduque Leopoldo. La priora continuó enviando cartas al hijo de María Magdalena, el Gran Duque Fernando II y la esposa de éste, Vittoria della Rovere. No obstante, no desarrollaría ni la asiduidad ni el grado de cercanía que había mantenido con la Gran Duquesa Habsburgo, y el intercambio de objetos entre Madrid y Florencia iría desapareciendo.

Alejandra Franganillo Álvarez, “Cartas y poder femenino entre Madrid y Florencia”, en AGENART, 7 de abril de 2022 [accesible online en https://agenart.org/blog/].


Bibliografía (selección)

  • Fernando Checa Cremades (ed.), La otra Corte. Mujeres de la Casa de Austria en los Monasterios Reales de las Descalzas y la Encarnación (Madrid: Museo del Prado 2020).
  • Alejandra Franganillo Álvarez, “Espacios religiosos e influencia política en la corte española: el monasterio de le Encarnación y Mariana de San José (1616-1638)”, Hispania Sacra LXXIII:148 (2021), 157–168.
  • Lisa Goldenberg Stoppato, “‘Et qui si stimano i regali quanto a Costantinopoli’: doni per il monastero dell’Encarnación e la diplomacia Medicea a Madrid”, en L’arte del dono. Scambi artistici e diplomacia tra Italia e Spagna, 1550-1650, ed. Marieke von Bernstorff y Susanne Kubersky-Piredda (Milán: Silvana Editoriale, 2013), 129–150.
  • Magdalena Sánchez, The Empress, the Queen, and the Nun. Women and power at the Court of Philip III of Spain (Baltimore: Johns Hopkins University Press, 1998).
  • María Leticia Sánchez Hernández, El monasterio de la Encarnación de Madrid. Un modelo de vida religiosa en el siglo XVII (Real Monasterio de El Escorial: Ediciones Escurialenses, 1986).
  • Antonio Terrasa Lozano, “Comercio ultramarino, corporación jurídica y tramas de poder e influencia en el Asia luso-castellana: el viaje del monasterio de la Encarnación (1611-1636)”, Minius 22 (2014), 193–224.

Pies de foto e información de imágenes referidas en el texto:

  • Figura 1. Carta de Mariana de San José a la archiduquesa María Magdalena de Austria. Madrid, 16 de junio de 1631. Archivio di Stato di Firenze, Mediceo del Principato, Filza 5080, folios 172–173.
  • Figura 2. Real Monasterio de la Encarnación, fundado en 1611. Plaza de la Encarnación, Madrid. Patrimonio Nacional.
  • Figura 3. Juan Pantoja de la Cruz, Margarita de Austria, 1606. Óleo sobre lienzo, 207 x 122 cm. Madrid, Museo Nacional del Prado.
  • Figura 4. Real Monasterio de las Descalzas Reales de Madrid, fundado en 1559. Madrid, Plaza de las Descalzas. Patrimonio Nacional.
  • Figura 5. Fragmento del plano anónimo “Madrid planos de población 1622-1635”, editado por Johannes Janssonius, 1657. Madrid, Biblioteca Nacional de España, INVENT/68156.
  • Figura 6. Guillaume Dupré y Gasparo Mola, María Magdalena, Archiduquesa de Austria, Gran Duquesa de Toscana, 1613. Medalla de plomo, diám. 89 mm. New York, The Metropolitan Museum of Art, No: 36.110.33.
  • Figura 7. Juan Pourbus el joven, Isabel de Borbón, esposa de Felipe IV, 1615-1621. Óleo sobre lienzo, 193 x 107 cm. Madrid, Museo Nacional del Prado.
  • Figura 8. Diego Rodríguez de Silva y Velázquez, Don Baltasar Carlos con un enano, 1632. Óleo sobre lienzo, 128 x 101.9 cm. Boston, Museum of Fine Arts, No: 01.104.